Voy en el avión de vuelta (martes, 6:00 am) aún sin saber que paso. Bueno, ustedes tampoco así que desde el principio:
Este fue mi primer full de la serie Challenge y realmente la diferencia se nota en todo. Esta organización hizo lo mejor para que los participantes se sintieran a gusto y disfrutarán desde el momento en que se registran hasta el desayuno de la premiación.
Son muchas las cosas para destacar, pero lo que más me gusto fue su cuidado en los detalles, la comida (no pizza en la meta, ni comida chatarra en la cena de carbohidratos, ni en la fiesta de bienvenida o en el desayuno, si no comida recién preparada, variada y saludable), la energía de los voluntarios y organizadores, los eventos y conferencias que colocaron alrededor de la feria y el recorrido. Además de la premiación y acomodación para los profesionales.
Se nada en una bahía y por el calor de los últimos días no se permitió el traje de neopreno, pero venía preparado con mi speedsuit. Como para todo, venía preparado para todo, eso creía. No nade al nivel que estaba entrenando, debí haber sido capaz de nadar con el líder o abrir una ventaja mayor con atletas como Macca, Gerlach o Fredick, pues sé en el nivel que estoy.
Salí de segundo del agua y varios persiguiéndome a unos pocos segundos. Comenzamos a rodar rápido y me sentía fuerte. Trataba de cuidarme de no infringir “the stacker rule” que aunque la traté de explicar y eso mismo hagan los jueces, para mi no tiene sentido. El punto es que no se puede ir en la misma línea de la persona que va enfrente sin importar que tan lejos se esté, pueden ser 10 metros o 1 km. Siempre y cuando la pueda ver. Así qué se debe estar pendiente si el de adelante se mueve para cambiarse de lado. Además sólo aplicaba a los profesionales y es efectiva en todos los eventos de la USAT sin drafting exceptuando los Ironman.
Rodé los primeros 60 km. Con el grupo de punta, hasta que en un descenso deje un espacio mayor y un carro que se metió a la vía casi me atropella. Tuve que frenar en seco y perderlos. Desde ahí todo comenzó a salir mal, trate de alcanzarlos y en un momento casi lo logro. Pero allí no paró todo, en una intersección me desvié por seguir las órdenes de un policía y varios kilómetros más adelante me di cuenta que estaba perdido. Seguí montando hasta que salí de nuevo al circuito, pero al pasar por uno de los indicadores de distancia me di cuenta que había cortado una parte, porque me faltaban 8 km.
No sabía que hacer, no veía jueces a quienes preguntar, así que decidí reponerlos en la segunda vuelta. Fue totalmente desconcertante ver como en el momento que me devolvía, los líderes y otros que iban detrás de mi me alcanzaban mientras completaba la parte faltante.
De nuevo en el recorrido, por fin encontré un juez y le expliqué lo que había ocurrido, me dijo que no había problema. Pero fueron 60 o más kilómetros de estrés pensando que hacer, además del tiempo perdido.
Traté de enfocarme en el esfuerzo y luchar con el viento en contra de los últimos 40 km. Por la autopista, donde no veía a nadie; era como si estuviera en unos de mis entrenamientos en Cozumel. Aún en mi mente no sabía que iba a pasar con mi desvío en la bicicleta, si debía seguir o retirarme. Opte por la primera y cuando me baje a correr estaba de 12 a 13.
La primera mitad del maratón me sentí espectacular, por fin iba a romper la barrera de las 3 horas. Pero un error en la primera hora me comenzó a pasar factura, el no comer y beber lo suficiente porque me sentía muy lleno. A los 22 kilómetros estaba de noveno y seguía descontándole a los demás. Llegue a estar 8, pero tuve varias crisis, donde las piernas no respondían, pesaban y por más que me esforzara no podía mantener la velocidad. Faltando 4 kilómetros me paso Petr y termine de noveno con nueve horas y seis minutos, en una carrera con condiciones muy fuertes de viento y calor.
Se preguntarán, bueno pero qué fue lo que pasó? Pues fui al hotel, mire los resultados y si estaba de noveno (por fin el primer cheque del año), había pasado por todos los puntos de control, y se veía como en uno de ellos fui demasiado rápido, por el corte, y en el otro demasiado despacio, por la reposición.
Me devolví a la meta, ayude a repartir medallas, me quede un rato más y me devolví al hotel a eso de las 10 para tratar de dormir, algo que es muy difícil después de un full, a eso de las 2 am me levanté porque no conciliaba el sueño, prendí el computador y vi un mensaje de un amigo que decía que mi tiempo no estaba. Mire los resultado y aparecía como descalificado.
Ahora si que no dormí nada, a primera hora me comuniqué con uno de los organizadores y le comenté la situación, y el me puso en contacto por email con la juez que tomó la decisión basada en los parciales. Le explique y envíe la foto de mi Garmin con la distancia extra, y me respondió que me busco a las 11 de la noche para que le explicará, pero que no me había encontrado.
Después de varios correos, este es el momento que aún espero que al bajarme del avión, me encuentre con una buena noticia. Pues pueden descalificarme o ponerme tiempo, dependiendo si fue ventajoso o no. Pero créanme, no lo fue. Así que la espera sigue…
Aún no tengo noticias, pero los mantendré informado en mi página: https://www.facebook.com/pages/Andres-Castillo/51799576899?ref=hl o este mismo blog.
Gracias por estar pendientes y toda la energía que me enviaron, al parecer voy a correr el half de San Gil en dos semanas para sacarme esta espina.
Iniciando mi carrera deportiva como nadador, la curiosidad de mi papá me llevó a iniciarme en este deporte, triatlones cortos y de distancia olímpica, sin embargo nuevamente la curiosidad me llevó a probar suerte en, lo que es hoy mi vida, la larga distancia, permitiéndome obtener destacados resultados y una carrera como atleta profesional. Adicionalmente soy Entrenador, guiando a otros en el proceso de convertirse en mejores atletas.
miércoles, 5 de agosto de 2015
¿QUÉ FUE LO QUE PASÓ EN ATLANTIC CITY?
Etiquetas:
Atlantic City,
Challenge,
Descalificación,
triatlon
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