jueves, 23 de mayo de 2013

IRONMAN TEXAS: ENDEREZANDO EL CAMINO


Para ser sincero después de St. Croix lo último que quería era competir un Ironman en menos de 14 días, todo había salido mal en la isla y además sentía una pequeña molestia en el isquiotibial que no me dejaba correr largo, ni fuerte.
Esta etapa previa a la carrera fue, incluso, más difícil que los últimos 21 km del Ironman y poco a poco tuve que ir callando los malos pensamientos, tratando de enfocarme en la competencia con la ayuda de Jineth, Jorge y Sujey y finalmente la motivación apareció con la decisión de viajar con Jineth y verla satisfecha con mi resultado.
En The Woodlands conté con Homestay, Anne Marie, una alemana con alma de latina, quien se portó de maravilla y nos hizo sentir a gusto y muy cómodos y, así, los días previos fueron los más tranquilos que he tenido antes de un Ironman.
Ya hablando de la competencia la natación me pareció fácil, mantuve mi técnica, bueno, si a mi estilo desbaratado se le puede llamar ¨técnica¨, por los primeros 100 m. y me ubique rápidamente de segundo. Así siguió la natación por otro kilómetro, pero sentía que el paso que venía imponiendo Carter era lento y que no estábamos sacando ventaja o abriendo hueco con los demás, así que pase a jalar, pero el aceleró y me igualó; nadamos otro tanto así, hasta que me di cuenta que Carter no me iba a dejar pasar, ni a meterse a mis pies, así que preferí guardar mi energía e ir detrás de él.

Faltando 500 m. para entrar al canal, que son otros 1100 m. hasta el final, pase de nuevo al frente, pero esta vez me abrí hacia la derecha y alcancé a tener distancia con ellos, pero me desvié tanto que al entrar al canal, ellos tomaron la ruta más corta y tuve que volver a los pies de Carter. Así termine la natación, ahorrando energías; al salir del agua por unas escaleras me resbalé y me encalambré los gemelos, afortunadamente paso rápido.

Salí de segundo pero en la transición no encontré mi bolsa, porque la habían cambiado de sitio, perdiendo unos 15 segundos que recupere al subirme a la bicicleta, esta vez no espere a nadie, me monté, apreté las correas de las zapatillas y aceleré hasta ubicarme de primero. Qué buena sensación estar liderando, ver el carro de Timex con el cronómetro en el techo y más adelante la policía abriéndote camino.
Todo esto duro hasta el kilómetro 16, cuando Mathias Hecht, compañero de equipo (TeamTBB USA) y uno de los mejores ciclistas de circuito me pasó junto a Rhodes, sin pensarlo fui por él y 2 kilómetros más adelante sólo íbamos los dos, monté con él como referencia por 10 kilómetros cuando finalmente me dejó y unos 15 minutos más adelante me dio caza un grupo de siete.

Quede de segundo en el grupo, pero sentía que el paso estaba muy fácil, así que pase a jalar por un largo rato hasta que James, del Team TBB Tri-Cozumel, me relevó. Así continuó el resto del ciclismo, varios del grupo se quedaron por el ritmo o porque los penalizaron por no guardar los 10 metros entre cada uno, pues siempre tuvimos a una oficial a nuestro lado. Esta vez fui más cauto y siempre me ubiqué de primero o segundo, para evitar malos entendidos.
Faltando 30 km. para finalizar el ciclismo James se adelantó y comenzó a apretar el paso, como me lo dijo después de la carrera: "tenía que hacerlos sufrir, no quería que se bajarán a correr enteros" y su estrategia funcionó. Finalmente faltando 10 kilómetros se fugó y quedé solo con Jan Raphael y 5 kilómetros más adelante cuando pensaba que iba a entrar en solitario a la transición, el segundo grupo nos alcanzó a un paso fuertísimo, aguante como pude y me baje a correr de noveno.

Al bajarme de la bici, sentí que estaba corriendo sobre una plancha, que la cabeza se iba a explotar, a última hora decidí correr con casco aerodinámico y, para terminar, las piernas no coordinaban. Trate de distraer la mente observando la gente, el paisaje y las pancartas, me tome mi tiempo en la transición, comí un banano y salí a correr.
El público me dio el ánimo para apretar y coger a un par que iban adelante, pero las "porras" (como dicen los mexicanos) sólo me aguantaron hasta el kilómetro 8, de ahí en adelante trate de sobrevivir a como diera lugar, porque sabía que corriendo con 35ºC de temperatura iba a ser una carnicería. Y lo fue, pero lo malo es que yo fui parte del asado...nada que ver con el asado en casa de Raúl Luzardo después de la carrera.
Camine en todas las estaciones para hidratarme, comer y echarme todo el hielo y agua posible, pero sentía que no me hidrataba, que nada me daba energía y que no me enfriaba. Hasta ahora es el maratón más lento que hecho, pero me queda la satisfacción de que lo termine y cumplí con el objetivo de estar entre los 10 primeros.
Hace uno o dos años este top 10 hubiese sido un top 5, porque el nivel de 70.3 y de Ironman actualmente es muy superior y cada día es mucho mejor el nivel de los atletas profesionales.
Ahora me estoy recuperando, pensando en lo que viene y reflexionando sobre lo que ha sido este primer año con Sutton y el Team TBB: No ha sido un proceso fácil ni en lo físico ni en lo mental, sobre todo en lo mental, entender que los primeros dos, de los cuatro años con Brett, son de supervivencia, de adaptarse a las cargas, para en el tercero o cuarto comenzar a cosechar triunfos.

Muchas gracias por apoyarme y acompañarme en este sueño de ser un campeón Ironman. Gracias a Tri-Cozumel y mis patrocinadores por darme el apoyo para cumplir mis sueños: Cérvelo, Aqua Sphere, On Running, Coob, Ignite,Dolphin Discovery, 3T, Rotor y por supuesto a Cozumel.
Y gracias a todos los amigos que voy haciendo en el camino, especialmente los latinos o de alma latina (Anne Marie), pues cada día me doy cuenta que el español será el nuevo idioma mundial, porque somos capaces, si así lo queremos!

lunes, 13 de mayo de 2013

St. Croix: No Free Speed


No casco aerodinámico, no disco, no speedsuit... Uhmm creo que fue allí donde fallé...jaja no, definitivamente no fue ahí. Cada vez estoy más convencido, que ese cuento de "free speed" es sólo eso, un cuento. Más aún en una carrera tan técnica e impredecible como St. Croix en donde lo que cuenta es tu fortaleza mental y física y tu entrenamiento, y en la primera falle totalmente.

Los días previos a la carrera y hasta la salida del agua no me encontraba motivado, aún no se la razón, puede ser cansancio, malos resultados previos, gastos o asomos de lesión. Esta vez no supe como transformar esto en un aliado y se me convirtió en un enemigo, que se encaramo y no paró de gritarme al oído que no podía, que estaba cansado, que me dolía, en fin me hizo la vida imposible y yo me la deje hacer.

En la salida desde la playa, primero me caí y luego me pase en la primera boya que queda a los 100 m., luego trate de alcanzarlos por mi cuenta, yéndome en solitario por un costado y no como acostumbro de ir pasando uno a uno y sacando provecho del drafting. El resultado, más de un minuto perdido y décima posición.

En la bici, me sacudí a mi enemigo y batalle con el segundo grupo hasta el kilómetro 30, donde comenzamos a escalar la legendaria subida de la bestia. Escale con Óscar Galindez al igual que el año pasado, pero en la bajada, en un descuido por tomar la hidratación perdí distancia y no los volví a ver hasta la meta.

El ciclismo lo hice casi en solitario, con la ayuda esporádica de un francés y de Omar, de Puerto Rico. En ese momento ya sabía que no era mi mejor carrera, porque usualmente montó más adelante que ellos. Pero me di una segunda oportunidad en el trote.

Comencé a correr bien, en 7mo u 8avo lugar, con posibilidades de estar en el top 5, si realmente me esforzaba, era paciente y pensaba positivamente. Desafortunadamente las piernas no quisieron apurar más a partir del quinto kilómetro, el pulso estaba en el cielo, y lo que nunca creí que pasara, ocurrió: el calor me estaba sofocando.

Termine de 12, 20 minutos más lento que el año pasado, claro que este año las condiciones estuvieron muchísimo más duras, y con mucha tristeza por el resultado y mi actitud en la carrera. Pero como dicen por ahí, la letra con sangre entra... Bueno o algo así. Y ahora se lo mal que se siente no darlo todo o perder por uno mismo, así que la próxima vez no dudare en darlo todo, pensar positivamente y terminar con una sonrisa de oreja a oreja porque di mi 100% sin importar el resultado.

Muchas gracias por el apoyo, el próximo sábado es la revancha en el Ironman Texas y convertiré todo lo negativo en positivo. Y gracias a Dios porque lo que parecía una lesión ha ido pasando con los días y por presentarme personas maravillosas en el camino, que no se detienen en la derrota sino que ven un plan más grande. Un plan como el del Team TBB y Brett Sutton, el cual apenas comienza.