viernes, 27 de septiembre de 2013

IRONMAN 70.3 COZUMEL 2013

Uno de mis atletas me escribió antes del evento: No olvides tu ultimo blog y me cito: “7. Extraño competir: No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes, por eso hay que disfrutar cada entrenamiento y cada competencia como si fuese la última”

Aunque este era mi mantra antes de la carrera, mi atleta sí que supo como reforzarlo, seguido por mi entrenador, quien también me dijo que esto no era más que un entrenamiento, que no esperaba que ganara ni hiciese nada extraordinario, sino que diera lo mejor de mí y representara de la mejor forma a Cozumel.

Y con esa meta me enfrente a lo que sería volver a competir. Los días previos fueron muy tranquilos; definitivamente vivir y entrenar en el sitio de la carrera quita mucho estrés de encima, aunque implica mayor responsabilidad, porque todos te conocen y quieren verte adelante, y la mayoría desconoce en el plan de atletismo en que me encuentro. El entrenamiento específico para esta prueba fueron escasas cuatro semanas, donde volví a sentirme cómodo en el agua y en la bici, pero no al 100%, diría a un 70%.

Pasando a la competencia, la natación fue de las más extrañas que he hecho, la corriente cambiaba a menudo y quien supiera leer las señales del mar sacaría el mayor provecho. Aquí el más inteligente iba a vencer y en esta ocasión, como en la mayoría, las mujeres fueron las que nos vencieron.

Y a la final esto terminó por favorecerme, pues en la salida me ubique muy adentro de las bollas siguiendo a Dan Halksworth, y sin tener la velocidad suficiente, perdí el lote de punta y comencé a luchar por no perder distancia, me movía de un lugar a otro tratando de encontrar la mejor corriente, pero no aparecía; hasta que vi a mi lado derecho, bien abierto, un nadador que me estaba sobrepasando, nade con fuerza para llegar a sus pies, pero la sorpresa fue mayor al darme cuenta que era mi compañera de equipo: Jodie Swallow.

Seguí su estela cómodamente, mientras hacía cuentas de que tan lejos saldría del lote de punta, pensé que sería un minuto, que fue el tiempo al que salieron las mujeres, porque Jodie es una excelente nadadora y en muchas ocasiones iguala los tiempos de los hombres. Sin embargo en ningún cálculo matemático estuvo la escena siguiente, cuando nos acercamos a la ultima boya y vi a un grupo de nadadores, era el lote de punta! no lo podía creer, habíamos nadado con la corriente y recortado en menos de 400 metros, el minuto de desventaja.

No hubo tiempo de salir del asombro cuando ya estaba corriendo hacia el parque de bicicletas con cerca de 20 atletas entre hombres y mujeres. Hice una transición muy lenta y perdí todo lo recuperado, quedé solo y veía como se alejaban, pasó James Cunnama y Michael Lovato, pero no pude seguir su paso.

Me mantuve positivo y monte junto a un grupo de mexicanos, compartiendo el trabajo con Quezada, quien era el único interesado en no seguir perdiendo tiempo. Faltando 10 km. apreté el paso y alcance a abrir una ventaja con ellos y con la primera mujer, Luxforrd, quien monto detrás de nosotros todo el tiempo.

La transición fue un desastre por culpa de la organización que decidió no colocar los suficientes voluntarios para que recibieran las bicicletas, como todos los años, sino que dejó esta responsabilidad a los atletas, sin embargo la organización no contó con un pequeño detalle: El lugar al que había que entrar para dejar la bicicleta es el parqueadero de un supermercado local y aunque no es un sótano, si se encuentra ubicado debajo del edificio, es oscuro y el piso es naturalmente resbaloso, que poco a poco se fue mojando con la entrada de cada una de los corredores. No parecía una zona de transición sino de obstáculos, primero porque se viene de montar con el sol deslumbrándote y se pasa a un lugar cerrado y sin luz, así que ceguera total, luego corríamos por una superficie lisa y mojada, donde me caí dos veces, para, por último, intentar buscar la correspondiente bolsa con las últimas fuerzas.

Aquí quiero recalcar lo importantes que son los voluntarios en cualquier evento y cómo la organización se debe esmerar para que ellos también disfruten de este día, no los descuiden porque esto se verá reflejado en el evento, también un mensaje para todos los atletas a veces no nos damos cuenta del valor que tiene una palabra o un ¨Gracias¨ o incluso una sonrisa, esto no quita ni siquiera un segundo y si le estamos dando a entender, a quienes pasan su día intentando hacernos las cosas un poco más fácil, lo importantes que son en en el éxito de un evento de esta magnitud.

El atletismo, muchos pensarían que por ser mi enfoque en los últimos meses sería un tiempazo, pero era consciente que el trabajo había sido de base, puedo correr al mismo paso por horas, pero aun no tengo la velocidad, y si a eso le sumamos el hecho de que no tengo los kilómetros en la bicicleta y el agua, era más de supervivencia.

Por todo esto quede muy satisfecho con mi desempeño, porque la técnica mejoró, pude mantener el mismo paso durante los 21 km., nadie me alcanzó y di caza a un par para, finalmente, ubicarme en el doceavo lugar, desmejorando solamente 11 minutos en el tiempo final, en comparación con el año anterior y, lo más importante, pude terminar lo iniciado y representar a mi equipo dignamente.

Aún hoy, miércoles, me duele todo, parece como si hubiese competido un Ironman, lo que significa que lo di todo y que no estaba entrenado para este esfuerzo. Pero el proceso es largo y cuando este listo, el cuerpo y los tiempos lo demostraran.

Muchas gracias a todos los Cozumeleños por convertir este evento en una fiesta, a los voluntarios y a las personas que hicieron sus propios puntos de abastecimiento para compartir con nosotros desde agua, pasando por Snickers y espumas, hasta un traguito de tequila que con la fuerte tormenta que le tocó a los últimos fue muy bien recibido.

Felicitaciones a todos los finishers, especialmente a mis atletas: John Flynn que mejoró cerca de 42 minutos con respecto al año anterior, ubicándose en la tercera posición de su categoría y alcanzando el cupo al mundial; Daniel Rocher que mejoró 17 minutos y Arturo Aguilar mejoró más de una hora. Y felicitaciones a mis compañeros de equipo que lo dieron todo, especialmente a James por el triunfo.

Imagenes gracias a finisherpix.com

martes, 17 de septiembre de 2013

PARTICIPANDO

Ya se me perdió la cuenta de las semanas que llevo en el plan de atletismo. Creo que es algo positivo, y lo podría traducir como un gran paso, pues comienzo a disfrutar correr y supere una seguidilla de malos días.

Estuve a punto de tirar la toalla, pero no quiero ahondar en ello, fue una combinación de tedio con enfermedad, que con la ayuda de mi esposa y entrenador logre superar.

Hace varios días quería escribir algo, pero no encontraba ningún motivo, cuando lo tuve: El acompañar a mis atletas en el triatlón olímpico de Mr. Sancho´s, el tiempo fue escaso y los días pasaron muy rápido. Pero eso no quiere decir que deje de resaltar lo orgulloso que me sentí al ver el progreso de los atletas por categorías y los junior del programa del Team TBB con quienes compartí todas las tardes de verano en la piscina y la pista.

A finales de agosto, por fin llego mi entrenador, Brett Sutton. Estaba ansioso de volver a entrenar con él, pero ahora que estaba de vuelta en Cozumel, no sabía que decirle, no decidía si seguir en el plan de atletismo, volver del todo al Ironman o dedicarme a mí otra pasión: Ser entrenador. Tenía un nudo de ideas, pero tampoco esperaba que Brett decidiera por mí. En el fondo sabía que era lo correcto y tras varias charlas con él, ratifique la idea y vi en sus ojos y en los de Jineth que mi decisión era la mejor: el camino más largo, convertir este cuerpo en un maratonista.

Brett me tenía otra sorpresa, iba a competir o mejor participar en el 70.3 de Cozumel, la orden me dejo frio. La idea de volver a competir triatlón estaba más que aplazada, además faltaba menos de 1 mes para el medio, mi ciclismo casi que no existía y la natación era la más lenta de los últimos 10 años. Pero no había otra opción, estoy en casa y debo mucho a los patrocinadores locales que han sacado este proyecto del Team TBB adelante, así que acepte sin vacilar.

Para el 70.3 llegare con menos de 4 semanas de entrenamiento en natación y ciclismo, en este periodo baje un poco la carga del atletismo, pero sin dejar de hacer por lo menos 110 kilómetros a la semana y el tradicional maratón dominical.

Los primeros trabajos de velocidad en la piscina fueron fatales, me sentía descoordinado y fuera de forma, pero con el paso de los días comencé a sentir el agua de nuevo. Lo mismo ha ocurrido en la bicicleta, lo que ha servido para darme confianza que cuando vuelva de nuevo a full al triatlón, los brazos y las piernas estarán, escondidos pero presentes, tantos años en esto no se pierden tan fácil.

Volver a entrenar normalmente y acompañado de los demás atletas del Team TBB, me han dado un descanso mental y físico, y tener una carrera a la vista me hace sentir mariposas en el estomago, después de no haber competido por más de cuatro meses. Sé que estaré lejos del nivel con el que cada año encaro esta prueba y donde he logrado dos Top 5 y un octavo puesto, pero el solo hecho de participar me hace sonreír y soñar con un buen resultado, entiéndase como buen resultado, que lo de todo, no cometa errores y siga aprendiendo.

Esta vez lo importante no es ganar sino participar….Porque al siguiente día volveré a mi rutina de maratoniano en proceso.