sábado, 16 de enero de 2010

ANDRES FELIPE CASTILLO EN SU PRIMER IRONMAN COMO ATLETA ELITE SE UBICA 11 EN ESA CATEGORIA Y 13 EN LA GENERAL

DEBUT EN EL IRONMAN Y COMO PROFESIONAL

Después de varios días de afanes, entre la organización del viaje y los múltiples problemas con la bici, llegué a Cozumel el día viernes para competir en mi primer Ironman y debutar como profesional en ese circuito. Los días previos pasaron rapidísimo y sin pensarlo ya estaba en el mar junto a los mejores pros del circuito, que completaban entre ellos 30 títulos en el circuito Ironman, pódiums en Kona y records mundiales para la distancia. La verdad creía que la noche anterior no iba conciliar el sueño por la ansiedad, pero fue una de las mejores noches, me imagino que en el fondo sabía que había dejado todo en la piscina, las carreteras y las pistas en los últimos seis meses, y que además había sacrificado procesos de selección Colombia e incluso un posible pódium dentro de uno de los grupos por edad, por lo que estaba sucediendo ese día, había puesto tanto esfuerzo y hecho tantos sacrificios tan sólo por cumplir un poquito de lo que siempre ha sido mi sueño, el Ironman y el Ironman con los profesionales.

Ya en la carrera, la natación comenzó más fuerte de lo esperado y fue muy rápida, en parte por las corrientes a favor que tuvimos, permitiéndome salir en cuarto puesto del agua, a menos de dos minutos del líder y por delante del ganador final y de elites como Galinez, Zyemtsev, Leder, entre otros. Así, el recorrido de ciclismo constaba de tres giros de 60 km, que incluían una recta de 20 kilómetros, donde el viento pegada de frente y de costado, pues la carretera bordeaba las playas vírgenes de Cozumel y no existía ningún obstáculo que detuviera las ráfagas de viento; ya en punta los primeros kilómetros de la bici fueron muy rápidos, hasta que tomamos la vía paralela a la playa, donde los vientos hicieron que bajara el paso a un promedio de 30 a 32 kilómetros por hora.

Mi estrategia era mantener el ritmo y no dejarme llevar por la velocidad de los demás, para no pagar las consecuencias en la carrera a pie, y, así lo hice, la mayor parte del tiempo. En la bici no tuve mayores padecimientos, gracias, en gran parte, a la buena hidratación y alimentación. Después realice una rápida transición para el trote esperando que mi estrategia de prudencia en la bici diera resultado, en ese momento estaba en el puesto 17 a 6 minutos de quien ocupaba la posición 16. Y como muchos finishers dicen: ¨aquí fue donde comenzó mi Ironman, aquí fue donde todo el entrenamiento se vio reflejado¨, los primeros 21, con la respectiva parada al baño, fueron muy buenos a partir de allí se entra en tierra de nadie y es donde uno se da cuenta que los profesionales también son humanos, pues muchos ya iban caminado o trotando muy suave, como Galindez, Leder y Evoe. En el 30 km tuve una crisis y camine en un puesto de hidratación, pero en la distancia vi un punto verde y me llegó un segundo aire, ví el uniforme que llevaba Galindez, el era o mejor es uno de mis ídolos, Galindez se encontraba a menos de 2 min. de ahí en adelante fue una cacería, que finalmente logré y me permitió ubicarme en el puesto 11 de los elite y 13 en la general de mi primer Ironman.

Realmente fue un logro hecho a pulso, fue un logro made in colombia y detrás mío pasaron 1912 atletas más. Pero lo más satisfactorio de todo este proceso fue llegar a leer mi correo y encontrar la cantidad de mensajes que me dejaron a medida que paso la prueba, pues aunque me era imposible leerlos durante la carrera, sé que la familia del triatlón colombiano estuvo unida y haciendo fuerza por los 7 compatriotas que estaban dándolo todo fuera de su país.

Finalmente solo me quedan agradecimientos por los comentarios, recomendaciones, tips, mensajes y buena energía que recibí de muchos triathletas, además gracias a mi equipo Merey y a mi novia Jineth, quienes me aguantaron durante todo este tiempo y espero en un futuro, no muy lejano, poder representar a Colombia en Kona.