domingo, 11 de agosto de 2013

REFLEXIONES DE UN CORREDOR EN PROCESO

En el anterior blog los dejé pendientes del objetivo que Brett Sutton, mi entrenador, había planteado para mí, así que aquí va (literalmente estas fueron sus palabras): “Si usted realmente cree en mi 100%, dejaría de hacer triatlón ahora mismo y comenzaría a entrenar para ser un maratonista y cuando rompa la barrera de 2 horas 35 minutos, vuelve a hacer triatlón….Mientras tanto no va tener ningún chance de ganar y va seguir repitiendo top 10 y eso es todo.

Hace 5 años las cosas eran distintas y podría haber ganado, pero el nivel ha cambiado muy rápidamente en los últimos 2 años; pero si corre en 2:34, no cree que romper las 3 horas en un Ironman le será fácil? Yo (Brett Sutton) lo creo, la natación volverá en 3 meses y el ciclismo en 6, y aun tendrá menos de 34 años, le quedarán 2 años en la cima, repitiendo pódiums y le dará un chance a su cuerpo de cambiar su estructura”.

Ante el mejor entrenador del mundo y siguiendo esta lógica: Quien podría decir que no? Así que sin más reparos acepté, me devolví a Cozumel y desde el 23 de junio me encuentro en este plan, ya voy por la séptima semana y comenzando a ver cambios, pequeños, pero cambios, uno de ellos es que los jeans me quedan más holgados en los muslos, aunque sólo he bajado un kilo de peso, mi cuerpo, especialmente, mis piernas, se están volviendo mas estilizadas…por decirlo de alguna forma.

La manera en que corro es, ahora, más natural, la cadencia ha mejorado y la frecuencia cardiaca ha disminuido en los diferentes pasos que debo cumplir.

Claro también he visto los cambios en los otros dos deportes, y estos sí que han sido más rápidos de lo que esperaba, al comenzar pensaba que casi no iba a perder la natación y no me preocupaba el ciclismo. Pero cada lunes, pues es un plan que se repite semana tras semana, en mi único trabajo “fuerte” de natación siento lo difícil que es cumplir con los tiempos y como debo de aumentar los intervalos porque ya no soy capaz de nadar al mismo paso que lo hacía antes.

En la bicicleta, que sólo la utilizo dos días a la semana, el cambio ha sido aún mayor, ya que mi límite de velocidad es 25 km/h, afortunadamente salgo cuando no hay nadie en carretera para que me no me pasen.

Sin embargo estas semanas han servido para pensar y reflexionar sobre algunas situaciones, que seguramente puedan aplicar a algunos de los que hoy están leyendo este blog, por eso me anime a compartirlos y de pronto, también les ayude en su proceso de entrenamiento, así que aquí va una pequeña lista de lo que he vivido en estas semanas:

1. Calor y humedad: Ahora que corro todos los días, una o dos veces al día, vivo con sed, tengo que levantarme más temprano para evitar que me coja el verano de Cozumel y siempre tengo la ropa sucia y húmeda, por más que la lave varias veces al día. Además tengo que programar la hora para coger la trotadora del edificio y no incomodar a algunos residentes que no les gusta el aire acondicionado, para no terminar haciendo una piscina en el gimnasio, pues por el calor y la humedad me convertí en un charco ambulante. Aquí la lección número uno los factores externos, en este caso la temperatura, son determinantes en el desempeño de cada sesión, por lo que la hidratación y el descanso son vitales.

2. Vivir con mis pensamientos no es tarea fácil: La mayoría del entrenamiento por ahora es aeróbico, largo y repetitivo, así que tengo mucho tiempo para pensar, aún cuando lo que más desearía es dejar de hacerlo, porque pensamientos como: “Mis compañeros están ganando en Europa y yo aquí”, “Ayer iba a un mejor paso”, “cuanto durara este proceso”, etc., hacen que las sesiones sean más largas de lo que parecen en el papel.

Por eso hay que seguir los consejos de quienes saben, en este caso Brett y es sencillo: dejar de pensar en uno mismo y, según sus consejos, pensar en otras cosas, en mi caso el proyecto social del team TBB, dejando de enfocarme en mí y más bien canalizando mi energía en lo que podría hacer por los niños que siguen los pasos de nosotros los profesionales.

3. No hay nada peor que un dolor de estómago en pleno entrenamiento: Hace un par de semanas tenía un malestar estomacal, cuando comía ciertos alimentos o al correr, y estos han sido los peores días de entrenamientos, claro no peores a los días que siguieron, en los que debí tomar el medicamento recetado por el Doctor Eduardo García para eliminar los bichos que tenía, pues su orden fue desparasitarme y, así, estos días han sido de correr…pero al baño, donde se pueda.

Cuando hay algo que en nuestro organismo no funciona bien hay que solucionarlo tan pronto como se pueda, un dolor de estómago no es de preocuparse, pero que se repita y se repita si, por eso hay que escuchar el cuerpo y de vez en cuando consultar con profesionales que puedan dar atención pronta a lo que si se deja pasar podría convertirse en un verdadero dolor de cabeza.

4. El Facebook no ayuda: Estar metido en las redes sociales no ayuda mucho al objetivo, pues ver tantos eventos, resultados, fotos y todo lo relacionado al triatlón me hace extrañarlo aún más.

A muchos les habrá pasado que deben separarse de lo que más les gusta hacer por muchas razones: lesiones, por trabajo, etc. y ver como en las redes sociales otros siguen disfrutando de lo que uno no puede es muy doloroso, por eso en lugar de revisar obsesivamente los resultados de las carreras o los eventos, lo mejor es tomar un buen café y un buen libro, ocupar la mente e intentar relajarse.

5. Darle tiempo al cuerpo: Cuando Brett me dijo que debía enfocarme en la carrera, creí que iba ser un par de meses, a lo sumo medio año, pero este proceso es largo, y como él nos dijo a Jineth (mi esposa) y a mí: “olvídense de 3, 6 ó 12 meses, esto va tomar tiempo”. Y es cierto, cuando en 1999 decidí mejorar la natación, me tomó 18 meses sin correr, ni montar para bajar de 20 a 17 minutos en los 1500 m., y eso que es mi disciplina más fuerte, así que imagínense en la más débil.

Así que para aquellos que se castigan porque no mejoran sus tiempos considerablemente en cada competencia hoy con conocimiento de causa les puedo decir tranquilos, todo es un proceso que toma tiempo, en algunos casos mucho tiempo, lo importante es tener metas reales y esforzarse por conseguirlas paso a paso, nada se construye de noche a la mañana y a veces darle un poco de tiempo al cuerpo para mejorar resultará como una mejor inversión en el largo plazo.

6. Una meta: lo más importante es que tengo una meta: 2 horas 35 minutos. Sin ella estaría perdido y divagando si ya es tiempo o no de volver. Como les mencionaba antes las metas u objetivos nos indican el camino y el final.

7. Extraño competir: Antes del Ironman de Texas, en mayo, que fue el ultimo triatlón, sentía que estaba corriendo muy seguido, ahora no tengo planeado ningún triatlón, pues sólo tengo permiso de correr triatlones locales, carreras atléticas y ni por las curvas algún evento de la serie Ironman o parecidos.

Y como dicen por ahí: ¨No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes¨, por eso hay que disfrutar cada entrenamiento y cada competencia como si fuese la última, el mundo da muchas vueltas y nunca es posible saber que va a pasar mañana y, puede ser, que de repente un día ya no puedan seguir haciendo algo que se ama tanto y extrañarlo va a ser inevitable.

8. Más tiempo para compartir: Entrenando un solo deporte me he dado cuenta de lo mucho que consume el triatlón y del poco tiempo que compartía con mi esposa, ahora estoy aprovechando cada minuto extra para hacer cosas juntos, y estoy feliz.

En la vida hay que tener prioridades y la familia, definitivamente, debe ser una de ellas, en mi caso el triatlón es mi profesión y por ello también es mi prioridad, pero no por ello se debe descuidar los demás aspectos de la vida, aprovechar los días de descanso para compartir y hacer otras actividades con la familia deben ser una tarea a cumplir por todo triatleta.

9. Enfocarse en el día a día: Una de las lecciones que estoy aprendiendo es enfocarme en la sesión del día y no en la siguiente o en el gran plan. Porque si pienso en todo lo que falta, me desmotivo, pero sí en cambio pienso en el día a día es más fácil y enriquecedor, ó mejor pensar en los más de 20 años que llevo en el triatlón, esto es apenas un suspiro y una tarea pendiente que ahora si la voy a cumplir.

10. Aprender a correr por sensaciones: El plan está pensado para que no corra pegado a los números sino a sensaciones, así que la mayoría de veces enciendo el reloj y lo cambio a la hora del día, para no estar calculando el paso, revisando la frecuencia cardiaca o cuantos kilómetros llevo. Tarea nada fácil, pues soy un obsesionado de los números, y eso puede jugar a favor o en contra. Es más importante lo que se siente que lo que dice el cronómetro, y no siempre es posible controlar todos los elementos.

11. El apoyo es indispensable: Sin el apoyo de mi entrenador y el Team TBB, que me mantienen como uno de sus atletas sin importar que no esté compitiendo y me den el tiempo para mejorar sin presiones, es un lujo que sólo se da en este equipo. Además el contar con mi esposa, mi familia, amigos y mi familia adoptiva en Cozumel es un aliciente más para luchar por mis sueños.

Bueno no quiero cansarlos más con mis reflexiones, espero que llegue pronto septiembre para ver a mis compañeros de equipo y entrenador. Para contarles desde la barrera como es el campamento de Kona en Cozumel, seguir aprendiendo sobre entrenamiento y programar un par de carreras…Ojala un maratón en noviembre o principios de 2014.

Con cariño.

Andrés Castillo