La previa al Ironman 70.3 Cartagena estuvo llena de suspenso, no fue que se me ocurriera competir a última hora, al iniciar el año y planearlo, Cartagena estaba incluida en el calendario, pues previo a la apertura de inscripciones una de las marcas patrocinadoras del evento me ofreció la entrada a esta y otras carreras, sin embargo una vez se cerraron las inscripciones me informaron que no había sido seleccionado; en el momento no le día mayor importancia y el tiempo pasó sin que hiciera mayor cosa por la inscripción, pues el gran foco del año era Kona.
A mitad de año me ofrecieron, por parte de la organización, una entrada, si
promocionaba un evento, al instante dije que sí, pero apenas terminé la llamada
y le conté a mi esposa, me hizo caer en cuenta que tenía un evento esa semana y
que serían dos viajes muy cercanos, en el mes previo a Kona, por lo que desistí
de la entrada al siguiente día.
Al llegar del mundial y sintiéndome en buena forma para llegar a Cartagena
me puse intenso con la consecución del cupo: con patrocinadores del evento,
Federación, operadores, pero durante 3 semanas ninguna puerta se abrió, aún
cuando recibí miles de mensajes, todos con muy buenas intenciones, donde me cedían
o vendían sus inscripciones por diferentes motivos: desde lesiones, embarazos,
accidentes e incluso de fallecimientos me enteré, sin embargo la política del
evento no permitía ni cambiarlo de año, ni de nombre.
El año siguió pasando y aún sin inscripción, continué entrenando sin perder
la esperanza, baje un poco las cargas, dirigí con Tempo y TNC el TriCamp y
espere, hasta que, finalmente recibí una llamada de Daniela de Powerade, quien
me dio la buena noticia: tendría un cupo en la carrera y con un poco menos de 4
semanas para el Ironman 70.3, fue momento de replantear el entrenamiento e
intentar llegar en la mejor forma a la línea de salida, aunque no dejaban de
cruzarse por mi cabeza muchas preguntas: ¿ es buena idea empujar tanto por algo
ante tanta negativa? ¿será que el de arriba me está tratando de cuidar de algo?
Finalmente, a Cartagena viaje con mi esposa, Jineth, dejamos a las niñas
con los abuelos, prometiéndoles un par de días de sol a nuestro regreso, aunque
ya en la heroica, fue imposible no sentir nostalgia y vacío al no tenerlas al
lado, aunque su energía logró viajar kilómetros en un video que la mayor
(Martina) nos envió, me llenó de sentimiento y motivación para la carrera.
Para no alargar la historia, ese día me ubique en la primera línea de
salida y faltando 5 minutos, se nos acercó Tony Lugo, el animador del Ironman, quien
nos dijo: “pongan atención, porque si ustedes se pierden, 1800 se van a perder”
y nos dio las indicaciones de último minuto de la natación, en ese momento me
preguntaba: ¿será que no leí bien la guía del atleta?, no recuerdo que la
natación tuviera esos giros.
6:25 am, 10 minutos después de la hora estipulada, dieron la partida, a los
50 m. ya me había alcanzado Juan Manuel Morales, del relevo ganador, medallista
de oro en Juegos Suramericanos en 10 km. aguas abiertas y recordista nacional,
y sus títulos se sintieron, ni 25 m. pude aguantar a sus pies. Luego de
zigzaguear los primeros 200 m. para cumplir con el recorrido, se comienza a
nadar en contra del sol, al principio podía ver a Morales a la distancia y
tenía una referencia, pero luego, sin kayak acompañante ni guía, tuve que parar
en varias ocasiones, levantarme las gafas y revisar si estaba siguiendo el
recorrido, hasta que pude fijar un edificio como punto de referencia para nadar
derecho. En el regreso fue más tranquilo, hasta los últimos 300 m. cuando el
recorrido se vuelve confuso, ya que, en las indicaciones previas, nos habían
dicho que solo había un giro a la izquierda, al inicio, pero no era así, tocaba
salir de la línea en que veníamos nadando, girar a la derecha y luego en la
boya a la izquierda, para buscar, literalmente buscar, la salida, que apenas
tenía un par de banderines azules, difíciles de identificar porque se confundían
con el fondo.
Salí del agua sobre los 25 minutos y que sensación tan increíble escuchar
los gritos y la barra en el camino hacia la transición (recomendación para la
organización: no sobra un tapete en este trayecto, para evitar las caídas), tomé
la bici y salí disparado hacia la calle, cuando de frente me encontré con un
juez extranjero quien me comienza a hacer señas y se me cruza en el camino,
trato de esquivarlo, pero él sujeta y hala mi manubrio, quitándome el punto de
apoyo y mandándome contra la valla, en ese momento todo es confusión, me grita
que el número, le muestro el de la bicicleta y como puedo sigo mi camino, hasta
que escucho “helmet number”, caigo en cuenta que el visor del casco esta arriba
y tapa parte del número, miro hacia el juez, retiro el visor del casco, le hago
señas que el número está allí y continuo.
Los primeros kilómetros fueron una mezcla de incertidumbre y rabia, pensaba
en lo que había sucedido, si de alguna forma había cortado el recorrido y me
iban a descalificar o si cuando llegara a la T1 me iban a penalizar por la
reacción que tuve, quería preguntarle a alguien si todo estaba bien, pero al
igual que en la natación iba absolutamente solo, ni un juez, ni un policía,
todos estaban con el “líder” de la carrera, el relevo. Al pasar por las
primeras dos estaciones los voluntarios no estaban listos y a pesar de
avisarles, al pasar por el frente de las estaciones no pude recibir nada de nada.
En el kilómetro 35 llegó una moto de prensa a quienes les pedí me
acompañaran hasta la siguiente estación de abastecimiento, porque ya necesitaba
recargar, ellos amablemente me siguieron y avisaron en la estación de
abastecimiento. Al girar, tome referencias y tenía sobre David Zapata, que
había comenzado la natación conmigo, cerca de 3 minutos, así que me enfoque en
no relajarme de vuelta, ya que, con el viento a favor, es más fácil caer en la
trampa de no empujar y siempre será complicado mantenerse motivado yendo solo
por más de 2 horas.
Lo que más añoraba era terminar el ciclismo, no tener ningún desperfecto
mecánico y correr por la mágica ciudad amurallada, abarrotada de gente y de
gritos, el trote puede ser lo más duro, pero el tener estas condiciones de
fiesta, es espectacular y es lo que me hizo insistir en correr de nuevo en
Cartagena, esa atmósfera es única y como dice el comercial, te da alas.
El trote me lo goce de principio a fin, era la disciplina en la que más me
tenía confianza, a pesar que en las últimas semanas no estaba haciendo los
mejores tiempos, cuando podía chocaba las manos de quienes las extendían a mi
paso, sonreía y aceleraba en cada curva. Uno de los objetivos era bajar de las
4 horas, en el reloj solo llevaba el tiempo del parcial, no del total, hasta
que, faltando 2 kilómetros, revisé el tiempo y no iba a cumplir con este, ya no
había ningún afán sino disfrutar, mantener el paso y llegar a meta.
Para quienes gustan de los números, estos son los de mi reloj, no de la
aplicación: en natación en 2021 nade a un paso de 1:20 y este año en 1:22, en
entrenamiento me sentía mucho más fuerte que el año pasado y había tenido la
oportunidad de nadar más, pero la confusión en el recorrido y las paradas,
hicieron mella. En el ciclismo me demoré 4 minutos más, en 2021 las condiciones
fueron muy favorables, de ida el viento fue mínimo y de regreso ayudo, mientras
que este año, los primeros 20 km. el viento fue más fuerte, y aunque el regreso
fue más rápido, no alcanzaba a compensar. En 2021 mi pulso promedio fue 148 y
la potencia normalizada 276, mientras que, en 2022, fue el mismo pulso con una
potencia normalizada de 255, pero desde que arreglé el potenciómetro, hace un
par de meses, está marcando cerca de un 5 a 7% menos que antes, comparando con
el simulador, al parecer ahora si está bien calibrado y, con esa diferencia,
sería muy similar a 2021. En el trote me subí 55 segundos y el pulso promedio paso
de 156 a 158, pero me sentí con más fondo y en mayor control.
Esta comparación para decirles que no se maten la cabeza con los números,
las condiciones nunca serán las mismas, calor, viento, motivación, entrenamiento,
sino que disfruten del proceso y de la carrera, en mi caso en 2021, tuve un
bloque de 9 semanas entre el Ironman de Texas y Cartagena, y esta vez fueron 8
semanas, en 2021 al tener la certeza que iba a competir, la programación fue más
acorde que en el presente año.
En cuanto a 2023, tengo varios objetivos laborales y el camino comienza a
tener algo de claridad, una de las opciones ya no la veo viable, pues desde el
8 de noviembre presenté un proyecto para el desarrollo del triatlón colombiano,
que contiene 10 ejes y el cual quería exponer, pero la Federación no ha abierto
el espacio para hacerlo, a pesar de la insistencia. El otro objetivo es
continuar con el proyecto de desarrollo de Tempo, que en resumen es crear un
equipo infantil y juvenil de triatlón, para que se destaquen a nivel nacional y
lleguen al rendimiento, así que, si sus hijos, sobrinos, familiares o amigos
están interesados, no duden en llamarme. De la mano hay otros objetivos más
ambiciosos, pero como cábala prefiero trabajar en silencio y cuando sea el
momento darlos a conocer.
Como atleta aficionado aún no he organizado el calendario de competencias,
posiblemente competiré el 70.3 de Lima y algunas carreras del calendario
nacional.
Para terminar este blog quiero aprovechar para agradecerle a todos quienes
me siguen, estoy demasiado agradecido por tomarse el tiempo de leer mis
historias, por los mensajes, llamadas y palabras de la comunidad del triatlón
colombiano en cada uno de los eventos que participe este año y en los
entrenamientos, donde varias veces me cruce con muchos de ustedes y nunca les
faltaron palabras para alentarme y animarme, mi retribución por todo su cariño
será continuar trabajando por el desarrollo del triatlón colombiano, desde la
esquina en la que me encuentre, con todo el amor y la pasión que tengo por este
deporte.
Gracias también a mi familia por disfrutar a mi lado del deporte.
Hasta la próxima y ojalá en 2023 los profesionales tengan cabida en Cartagena,
ya que es la vitrina más grande que tienen los atletas colombianos para
conseguir algún tipo de patrocinio y espero que no sigan desapareciendo las
pruebas con premiación en efectivo del calendario nacional.
A todos feliz descanso, disfruten las fiestas….
Feliz navidad y que 2023 esté lleno de metas por trabajar y cumplir.
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