miércoles, 15 de diciembre de 2021

Ironman Texas 2021: Buscando El Balance









 

Complicado arrancar a escribir un blog de una carrera que sucedió hace dos meses, más cuando se acaba de terminar el 70.3 de Cartagena… Espero que no se me crucen las historias.

En realidad, hacer un Ironman no estaba en ningún plan, en noviembre de 2020, me inscribí a Cartagena, por ser el triatlón más importante de Colombia, porque con toda la incertidumbre por la Covid-19 parecía que era un evento fijo y se podían hacer planes con tiempo, además de la facilidad de competir en el país y que mi familia me pudiera acompañar.

Con ese objetivo en mente 2021 inició y continué entrenando, aprovechando el empujón que me había dado la pandemia; ya a mitad de año, pude competir en el Nariño Challenge, carrera que me gocé de principio a fin y que despertó el hambre por competir. En medio de la premiación y sin pensarlo mucho dije a mis 40 años quiero correr un Ironman de nuevo, finalmente nunca quise retirarme con una tarea inconclusa (Mi último Ironman en 2014 me retiré no sólo del evento sino del deporte).

Después de anunciarlo, Sergio Gómez, organizador del Nariño, en su estilo miro a Jineth, mi esposa, y dijo algo como “ya veo a Jineth teniendo un déjà vu”, también la miré, y entendí que una vez más y, como siempre, me iba a apoyar, sabiendo que no iba ser fácil balancear trabajo, familia y entrenamiento.

Desde ese mismo momento el día a día se transformó para para seguir cumpliendo con mis responsabilidades laborales, lo que significó madrugar para entrenar primero que los pupilos, o esperar para entrenar después o en ocasiones colarme en los fondos de ciclismo, transición inmediata y estar para mis hijas, intentando desconectarme lo que más pudiera del celular para completar algunas labores administrativas y de planeación que conlleva ser seleccionador nacional de triatlón y entrenar a algunos atletas de grupos por edad, quienes también buscan ser su mejor yo y están buscando su propio balance.

Las semanas previas, al igual que antes del TNC, tuve viajes de trabajo, que con ajustes y algo de flexibilidad supe sortear. Finalmente viajamos a Texas con mi familia y tuve la oportunidad de visitar a mi cuñada, su esposa, al negro y su familia, quienes se encargaron de armar una tremenda logística para ayudarme con las niñas y todo el tema de organización previa a la carrera, que cómo ustedes saben o se imaginan puede ser complicada, especialmente, en un Ironman.

Mi estrategia de carrera era simple, no arrancar de primero en natación, sino salir a los 4 o 5 minutos que iniciara el rolling start (no es salida masiva, sino que salen 3 atletas cada 3 segundos), para aprovechar mi fortaleza en natación y, así, salir del agua acompañado y no rodar en solitario, pero calcule mal los tiempos. Estaba quedándome en Houston a unos 45 minutos del lugar de carrera, me perdí y terminé parqueando muy lejos, por lo que tuve que caminar/correr durante unos 20 minutos para llegar al parque de bicicletas, y de allí debía correr nuevamente hasta donde iniciaba la prueba, que estaba a unos 2 km. Finalmente llegué, fui por última vez al baño, y me adelanté lo que más pude en la fila de inicio, tanto que no calcule bien, y salí sólo 2 minutos atrás de los primeros.

Comencé a nadar a un ritmo moderado, mientras entraba en calor y pasaba gente, hasta que a los 800 m. alcance al primer grupo, unos 10 atletas, y a los 1200 m. al líder, y desde allí fue un monologo. Continué a un paso moderado, por debajo de mi umbral, entre 150-160 pulsaciones por minuto.  El recorrido era un rectángulo de 2500 m. y de allí se debía girar hacia la derecha a  un canal por 1300 m. Terminando el rectángulo comencé a sentir una molestia en el flexor de la cadera, yo pateo únicamente con la pierna izquierda, y este se estaba cargando porque llevaba mucho tiempo sin nadar en aguas abiertas por tanto tiempo, adicionalmente el agua del lago se sentía pesada, lo único que pensé en ese momento fue que ya a mitad del ciclismo ni me iba a acordar de esa sensación, así que ¨solo mantén el paso¨. Al salir del rectángulo y girar a la derecha, el sol era tan brillante y directo, que me perdí por unos pocos metros y le tuve que decir al voluntario del kayak que me guiara hasta el canal.

Apenas entre al canal, fue una alegría ver a la negra, Sonia la hermana de Jineth, corriendo al lado y gritando, pues sabía que estaba grabando para enviarle los vídeos a Jineth, quien estaba pegada del celular esperando en la casa, para llegar al atletismo, el evento es demasiado largo para tenerla a ella y a mis dos chiquis (5 y 1 año) esperando en el lugar de carrera.

El salir del agua fue emocionante, escuchar al locutor, el mismo que alguna vez me había nombrado cuando era profesional, decir mi nombre completo, junto a la palabra líder. Hice una transición rápida, me monté en la bici y, fue la primera vez que pensé en ganar, que debía administrar las fuerzas y ser inteligente, que era más importante ganar, que el tiempo de carrera, finalmente esto es triatlón, el tiempo es algo secundario si se llega en primera posición.

Hablando de porque iba en primera posición, hago un paréntesis para contarles que cuando, a mitad del año, decidí inscribirme a Texas, con la idea de correr Kona en mi cumpleaños número 40, aún no se sabía si habría profesionales, lo escogí porque tenía donde llegar, viajar a Houston no es tan costoso, era de los pocos Ironman que aún no estaban vendidos, coincidía con mi cumpleaños y no se cruzaba con ninguna carrera de la Selección Colombia, es decir todo se había alineado de manera perfecta.

Volviendo a la carrera, el ciclismo no era el mismo que había hecho en 2013, este era plano, rápido y aburrido, comenzaba con una ida y vuelta, donde pude ver por primera vez al segundo, le llevaba cerca de 5 minutos, no recuerdo bien, y a los 25 km. se entraba a la autopista y se hacían dos vueltas de 65 km. aproximadamente, donde de ida el viento era en contra y de regreso a favor, aquí mi estrategia fue ir por pulso y no por vatios, al ser tan largo, la lucha era no bajar de 145 pulsaciones e iba a un promedio de 260 vatios, cumpliendo esto durante la primera vuelta. En la segunda vuelta llevaba una diferencia de unos 7 minutos, así que nuevamente pensé que prefería ganar sobre el tiempo, y me regule un poco, y, finalmente, en el último regreso ya con el viento a favor, fue complicado concentrarse y no caer en la comodidad, así que me enfoque en subir de 140 pulsaciones, sin embargo, el promedio de pulso fue 135, y por lo tanto también bajo la potencia, unos 220 vatios.

El bajar el esfuerzo se convirtió en parte en estrategia, pues si seguía empujando podía ganar de 3 a 5 minutos, pero si me pasaba, podía perder eso y más en un sólo kilometro de carrera a pie, que siempre fue mi talón de Aquiles, en el Ironman. Cuando era profesional, siempre me fue mejor en 70.3 qué en el full, ya que la segunda mitad del atletismo, me moría, no podía mantener el paso, en gran medida por mi técnica de carrera, salto mucho y tengo una cadencia demasiado baja, es decir corro a fuerza, y por más que lo trabajé, al igual, que el baile, no pude mejorarlo, y por otra parte porque aún no había corrido suficientes Ironman.

Después de 4 horas y 41 minutos toqué tierra, y sentí como el calor y el cansancio me asechaban, tampoco fue buena idea el casco cerrado para un full, pero como me dio por verme bien, sobre la comodidad, la iba pagando, la cabeza se sentía como en una burbuja. Mientras me cambiaba recordé que el primer kilometro siempre sale solo y que debía frenarme, no emocionarme y ser conservador, tratar de extender esa sensación el mayor tiempo posible, y pensar en el kilometro a kilometro y no en todo lo que faltaba.

Salir de la transición y ver por primera vez a las niñas y a Jineth fue emotivo, al igual que pasar por el primer control de tiempos y saber que mis amigos y pupilos que seguían la carrera se iban a alegrar al saber que iba liderando. El recorrido son tres vueltas, es bastante trabado, caliente y por partes muy solitario, aunque por el camino varios latinos me apoyaban y se emocionaban al ver a un colombiano en punta. La primera vuelta estuve en control, corriendo parejo entre 4:10 y 4:20/km. En la segunda vuelta el paso se comenzó a subir paulatinamente, y sólo pensaba en pasar de nuevo por donde estaban mis amigos y familia, por el gusto de escucharlos animarme y también saber las diferencias, al bajarme a correr llevaba cerca de 7 minutos y en la primera vuelta me habían recortado 1 minuto, 6 minutos parecen mucho, pero en un Ironman, basta con caminar para perder, cualquier diferencia, en un par de kilómetros, además había tenido un par de kilómetros a paso cercano de los 5 minutos, que si no aceleraba me podían alcanzar, digo podían, en plural, porque eran tres quienes habían estado turnándose el segundo puesto.

Fue salir para la tercera vuelta cuando las piernas no quisieron seguir, se pararon en un pequeño falso plano, y la cabeza comenzó a dudar, a pensar “bueno un segundo puesto no es malo…”, pero luego reaccionaba y me decía: “no pude haber liderado por más de 7 horas y media, para botarlo todo en la última hora” y volví a correr, entre el kilometro 29 y 34 tuve varias crisis, y trate de caminar sólo en las estaciones de hidratación, para reabastecerme y refrescarme para bajar la temperatura, hasta que algo dentro de mí dijo “es sólo dolor, es temporal, se va a acabar en algún momento y tus hijas te esperan para verte cruzar la meta en primer lugar”.

Así que hice lo que nunca antes había hecho en un Ironman y fue reponerme y comenzar a acelerar, cada kilometro era eterno y en momentos quería ver a los conocidos de nuevo y en otros no, pues no quería verbalizar que me sentía mal, afortunadamente ellos se fueron a esperarme a meta. En el último giro en U, faltando 1 km. a meta, del afán me devolví antes, y tuve que retornar de nuevo, no más de 15 m., pero dolieron. De regreso alcance a ver al brasileño, quien había dejado al estadounidense, estaba a unos 7 minutos atrás, así que me dedique a disfrutar de ese último tramo.

Entrar al túnel de meta fue indescriptible, buscaba a mi familia, pero era tanta la gente que no los vi, lo que si vi fue esa cinta blanca, era mía, era de todos aquellos que me apoyaron con mi trabajo, entrenamiento y que con palabras y hechos me habían hecho la segunda para cumplir este sueño aplazado, clasificar a Kona.

Cuando me retire en 2014, pensé que nunca correría en Hawaii, desde niño había visto todos los mundiales, todos los directos, sabía quién había ganado, y sobre todo quién había liderado la natación, hacía cuentas y pensaba que ese podría ser yo, pero las cosas no son siempre como uno las sueña, después de retirarme no he vuelto a ver la transmisión de Kona, no podía, era triste, pensaba que la única forma de verlo, sería en vivo, acompañando a alguno de mis pupilos, pero la vida y la pandemia me dieron otra oportunidad, quizás no como lo soñé, corriendo como profesional.

Cuando aterrice en la isla grande junto a mi familia, no se si sea capaz de contener las lágrimas.

¡Aloha!

6 comentarios:

  1. Gracias profe por motivarnos y por tener este espacio para conocer detrás del telón lo que no vemos, y enseñarnos como uno que tiene que trabajar y tienen familia y sueñan con poder un día ir a la isla, att Leonardo romero

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  2. Leer esto y transportarse a cada segundo vivido... que fortaleza y perseverancia, un cupo más que merecido. Siempre de niña los veia, los admiraba y admiro cada día aún más... yo recuerdo poniendome la aleta cuando todos ustedes, Sonia, Tibocha, entre otros hacian sus transiciones y siempre estaba al tanto del triatlón colombiano. De verdad que me enorgullese y hasta se consigue lagrimar pues se siente como un triunfo propio. Yo se que soy desapercibida para muchos y aún más para ti pero cada vez que oigo alguna noticia de ustedes, se me infla el corazón como si fuera parte del equipo.

    Y cuando estes en la isla, observes y tengas a tu familia presente dirás: ¡Mahalo Ohana!

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  3. Seguiré visualizandolos, muchos éxitos.

    Att: Vanessa Urrea-Victoria

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  4. Los q hemos experimentado los feportes de largo aliento sabemos la guerra q puede librarse entre el cuerpo y la mente. Mis respetos para esa cabeza tan fuerte q hace de ud un gran atleta y un gran entrenador. Gracias por compartir sus historias de carrera.

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  5. Es muy motivante escuchar como superar mentalmente cada prubea..Hawaii te espwra!

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