lunes, 13 de mayo de 2013

St. Croix: No Free Speed


No casco aerodinámico, no disco, no speedsuit... Uhmm creo que fue allí donde fallé...jaja no, definitivamente no fue ahí. Cada vez estoy más convencido, que ese cuento de "free speed" es sólo eso, un cuento. Más aún en una carrera tan técnica e impredecible como St. Croix en donde lo que cuenta es tu fortaleza mental y física y tu entrenamiento, y en la primera falle totalmente.

Los días previos a la carrera y hasta la salida del agua no me encontraba motivado, aún no se la razón, puede ser cansancio, malos resultados previos, gastos o asomos de lesión. Esta vez no supe como transformar esto en un aliado y se me convirtió en un enemigo, que se encaramo y no paró de gritarme al oído que no podía, que estaba cansado, que me dolía, en fin me hizo la vida imposible y yo me la deje hacer.

En la salida desde la playa, primero me caí y luego me pase en la primera boya que queda a los 100 m., luego trate de alcanzarlos por mi cuenta, yéndome en solitario por un costado y no como acostumbro de ir pasando uno a uno y sacando provecho del drafting. El resultado, más de un minuto perdido y décima posición.

En la bici, me sacudí a mi enemigo y batalle con el segundo grupo hasta el kilómetro 30, donde comenzamos a escalar la legendaria subida de la bestia. Escale con Óscar Galindez al igual que el año pasado, pero en la bajada, en un descuido por tomar la hidratación perdí distancia y no los volví a ver hasta la meta.

El ciclismo lo hice casi en solitario, con la ayuda esporádica de un francés y de Omar, de Puerto Rico. En ese momento ya sabía que no era mi mejor carrera, porque usualmente montó más adelante que ellos. Pero me di una segunda oportunidad en el trote.

Comencé a correr bien, en 7mo u 8avo lugar, con posibilidades de estar en el top 5, si realmente me esforzaba, era paciente y pensaba positivamente. Desafortunadamente las piernas no quisieron apurar más a partir del quinto kilómetro, el pulso estaba en el cielo, y lo que nunca creí que pasara, ocurrió: el calor me estaba sofocando.

Termine de 12, 20 minutos más lento que el año pasado, claro que este año las condiciones estuvieron muchísimo más duras, y con mucha tristeza por el resultado y mi actitud en la carrera. Pero como dicen por ahí, la letra con sangre entra... Bueno o algo así. Y ahora se lo mal que se siente no darlo todo o perder por uno mismo, así que la próxima vez no dudare en darlo todo, pensar positivamente y terminar con una sonrisa de oreja a oreja porque di mi 100% sin importar el resultado.

Muchas gracias por el apoyo, el próximo sábado es la revancha en el Ironman Texas y convertiré todo lo negativo en positivo. Y gracias a Dios porque lo que parecía una lesión ha ido pasando con los días y por presentarme personas maravillosas en el camino, que no se detienen en la derrota sino que ven un plan más grande. Un plan como el del Team TBB y Brett Sutton, el cual apenas comienza.

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